El volante es un componente clave del tren motriz de su automóvil, que incluye el motor, la transmisión y las otras partes relacionadas que llevan la potencia al suelo. El tren motriz es muy importante para la aceleración, los cambios y la conducción de su automóvil, por lo que es esencial que su volante esté en buenas condiciones de funcionamiento en todo momento.
El volante es un disco grande y pesado de metal que se monta en la parte trasera del cigüeñal de un motor. Su propósito es almacenar energía de rotación, así como suavizar las fuerzas fluctuantes de los cilindros de disparo individuales. El volante tiene una corona dentada alrededor de su circunferencia, que se acopla con el motor de arranque cuando enciende su automóvil. El volante y el embrague funcionan juntos para proporcionar un flujo suave de potencia desde el motor hasta la transmisión.
Si su automóvil tiene una transmisión manual, lo más probable es que tenga un volante. Si su automóvil tiene transmisión automática, no tiene volante. En los vehículos de transmisión manual, el volante y el embrague realizan una función similar a la de la placa flexible y el convertidor de par en una automática. A pesar de su funcionalidad similar, un volante y una placa flexible son dos tipos de componentes completamente diferentes y no son intercambiables.
Síntomas de un mal volante
Un problema con su volante puede ser muy peligroso. Debido a que su volante transmite la potencia de su motor a su transmisión, su capacidad para controlar la potencia de su vehículo puede verse afectada. Un volante defectuoso podría causar una pérdida de potencia en las ruedas y provocar un accidente. Muchos factores pueden causar desgaste y deterioro de su volante. Estas son algunas de las señales de advertencia de un mal volante:
- Ruido anormal cuando se acciona el motor de arranque
- Ruido de traqueteo al pisar o soltar el embrague
- El embrague «agarra» al engranar
- El automóvil se sale de la marcha y pasa a punto muerto o a otra marcha
- Sacudidas o vibraciones que se sienten a través del pedal del embrague o el piso del vehículo
- Olor a quemado del embrague
- El embrague vibra cuando está acoplado
- El embrague se arrastra, no se suelta por completo
- Incapacidad para cambiar de marcha
- Se siente pulsación a través del pedal de freno
Reparación de un mal volante
Un volante defectuoso generalmente ha fallado debido a daños o desgaste, por lo que la solución estándar es reemplazarlo por un volante nuevo. Debido a que el volante es una parte integral del tren motriz de su automóvil, y reemplazarlo implica quitar la transmisión para acceder a la ubicación del volante en el motor, se requerirá una cantidad significativa de mano de obra.
Después de confirmar la necesidad de reemplazar el volante, su mecánico quitará la transmisión del vehículo. Luego viene la eliminación del volante defectuoso, el reemplazo por uno nuevo y luego la reinstalación de la transmisión en su vehículo. Su mecánico también revisará su engranaje de arranque, embrague y transmisión por cualquier otro problema indicado antes de volver a ensamblar y probar su tren motriz.
No intente reparar un volante defectuoso usted mismo
A menos que haya tenido una amplia experiencia en el trabajo con motores y transmisiones manuales, ¡deje esto en manos de los profesionales! Su volante debe instalarse con precisión en la posición correcta, con sus pernos apretados a la configuración correcta y en la secuencia correcta.
Si la reparación no se realiza correctamente, existe la posibilidad de que se produzcan daños graves en la transmisión o el motor. Su mecánico tiene las herramientas y el equipo adecuados para reemplazar su volante de manera segura y eficiente.